El proceso de vacunación avanza gradualmente en nuestro país y nos hace vislumbrar el final de un episodio que ha trastocado nuestra vida y costumbres. La eventual victoria sobre el coronavirus nos permitirá concentrar nuestra atención en dar una respuesta a los retos que el sector sanitario ya tenía sobre la mesa antes de la crisis Covid y que la propia pandemia ha vuelto a subrayar con crudeza.

Los desafíos son múltiples y, algunos de ellos, no son nuevos ni desconocidos. Factores como el envejecimiento de la población, el aumento de la prevalencia de la cronicidad o el incremento de los precios de fármacos, impulsan el crecimiento de los costes sanitarios, amenazando su sostenibilidad.

Esta situación coincide con el deterioro de la capacidad de los gobiernos para financiar los servicios públicos en un momento en el que todos los ámbitos y sectores requieren importantes inversiones para subirse al tren de las nuevas tecnologías y evolucionar de acuerdo con las demandas de una sociedad más concienciada y deseosa de participar en la gestión de su salud.

Las coordenadas actuales definen un campo de juego muy retador que requiere de una eficaz y leal colaboración público–privada. Los desafíos son comunes y nos obligan a todos a trabajar en mecanismos que impulsen la coordinación, la continuidad asistencial y el desarrollo de nuevas capacidades y fórmulas de gestión que aporten más eficiencia, como vía para garantizar una provisión asistencial de calidad, accesible y sostenible en el tiempo.

En estos momentos de cambio, es imprescindible contar con los profesionales sanitarios. Su participación en la transformación del modelo asistencial es crítica para resolver con éxito los desafíos. El compromiso con el sistema sanitario debe incluir una adecuada planificación de la red sanitaria y el fortalecimiento de la medicina primaria y la atención domiciliaria. Este redimensionamiento tiene que diseñarse en función de las demandas y necesidades asistenciales previstas para las siguientes décadas. Una prospectiva inestimable para elaborar planes de formación que permitan a los profesionales que salen de la universidad, ya sean sanitarios o investigadores, desarrollar su potencial en nuestro país.

Pero la transformación del sistema sanitario pasa también por poner al ciudadano en el centro de la reflexión. Es imperativo hacerle protagonista del cuidado de su salud, a través de programas de prevención, del fomento de hábitos saludables, de planes de cuidado y de una atención más integral, midiendo también su experiencia.

El envejecimiento de la población nos plantea muchos retos como sociedad.  Como empresa líder en el sector de salud, hemos diseñado Adeslas Seniors, un producto que facilita a las personas mayores la entrada en el sector privado de la sanidad, con cuestionarios más adaptados a sus necesidades, un Asesor de Salud que ayuda a gestionar sus necesidades de servicios asistenciales, y con primas ventajosas que combinan los copagos y deducibles, pero siempre con la certidumbre de tener un techo de gasto para el asegurado acotado en los capítulos de gasto más importantes.

Estamos viviendo ya un cambio muy sustancial y una revolución que está transformando la relación de las empresas y sus clientes. En SegurCaixa Adeslas no solo estamos preparados para ello, sino que nos mueve la ilusión de participar y desarrollar un mejor modelo de gestión de la salud que redunde en beneficio de todos.