Se calcula que más de 7.500 personas mayores sufren en Euskadi problemas de maltrato a cargo de familiares y cuidadores. Una situación que se produce en todos los ámbitos y que también se da en el resto de España.
Con objeto de hacer frente a esta problemática social y detectar precozmente situaciones susceptibles de provocarla, desde IMQ Igurco han puesto en marcha un Protocolo de prevención y detección que opera en todos sus centros, incluidas los centros de día y las residencias. Según explica la Dra. Naiara Fernández, geriatra y directora Asistencial de IMQ Igurco, el objetivo de este protocolo es «detectar posibles situaciones de malos tratos físicos, económicos o derivados de la falta de atención de necesidades básicas, y establecer las intervenciones necesarias. Un procedimiento que se encuadra dentro del Proceso Asistencial de nuestro grupo sociosanitario, tanto en la fase de ingreso, como en el plan de cuidados individual y el seguimiento posterior.”
«En el momento de valoración al ingreso o durante la estancia en el centro, el trabajador social determina si existen indicios de que la persona usuaria pueda estar expuesta a alguna situación de maltrato. En tal caso, se cumplimenta un cuestionario y, si se identifiquen dos o más factores de riesgo, desde Trabajo Social se coordinan con el equipo multidisciplinar las intervenciones a realizar, consensuadas con la persona usuaria. También se comunica al servicio social de base correspondiente, si procede, adjuntado la autorización de la persona usuaria», explica la Dra. Naiara Fernández.
Además de lo anterior, en los casos en los que se detecte un indicio de maltrato, se presenta a la persona mayor un segundo cuestionario, en este caso, de detección de indicadores de malos tratos físicos y económicos.
Esta herramienta ayuda a valorar la gravedad de los indicadores e intervenir en función del resultado, que puede variar desde la ausencia de riesgo, hasta el riesgo grave, riesgo muy grave y la intervención inmediata.
En los casos de riesgo grave, se realiza una valoración geriátrica integral y se pone en marcha un plan de intervención sociosanitario. El seguimiento de este plan de intervención depende de cada situación, atendiendo a las características y gravedad del caso y, siempre, en coordinación con el equipo multidisciplinar y las entidades implicadas. Asimismo, se valora periódicamente el nivel de riesgo asociado para determinar la continuidad del procedimiento.
Por otro lado, en los casos en los que el segundo cuestionario dé como resultado una situación de riesgo muy grave de maltrato o de intervención inmediata, «se comunica el caso a la Fiscalía, adjuntando además, un informe de situación de la persona usuaria, un parte de lesiones (en el caso de que las hubiera) y una solicitud de administrador cautelar (en los casos de maltrato económico). En esta última situación, además, se ha de informar al Servicio de Inspección de la Diputación Foral correspondiente», explica la Dra. Naiara Fernández.
La directora Asistencial de IMQ Igurco recuerda que en la detección de riesgo de maltrato a las personas mayores de 65 años «se ha de poner especial atención en personas mayores en situación de dependencia, con dificultades para la comunicación o con dificultades para el acceso a recursos sociales».
El protocolo finaliza cuando no se detectan factores de riesgo y se ha garantizado la seguridad y el bienestar de la persona usuaria.