El servicio de digestivo del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar ha realizado por primera vez en la sanidad privada andaluza una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE), con conlangioscopia digital y litotricia láser.
El equipo que realizó la intervención. |
Esta intervención es una modalidad avanzada de CPRE que se incluye entre las de mayor complejidad técnica (grupo 3 de la clasificación HOUSE) y requiere gran pericia y experiencia de los especialistas.
La técnica ha sido realizada por el jefe de servicio de aparato digestivo Claudio Rodríguez Ramos, según el cual "la técnica realizada que se denomina colangioscopia digital con sistema SpyGlass DS y litotricia con láser de Holmiun, requiere un especial equipamiento ya que consiste en la introducción en la vía biliar de un endoscopio de pequeño calibre (colangioscopio) que va vehiculizado a través del canal de trabajo un duodenoscopio (endoscopio de CPRE) y que se conecta a un procesador de imagen digital compacto".
A diferencia de la CPRE convencional, que utiliza imágenes radiográficas obtenidas mediante la inyección de contraste para la valoración de la vía biliar, con la colangioscopia se consigue visualizar directamente los conductos biliares. Esto permite identificar con imagen real los cálculos o las lesiones que puedan existir en la vía biliar.
Rodríguez Ramos explica que, "a través del colangioscopio puede introducirse una fibra óptica con la que se disparan pulsos de láser de Holmiun, (litotricia láser) capaces de fragmentar los cálculos de gran tamaño que no pueden eliminarse de los conductos biliares con la CPRE convencional y permitir su posterior extracción".
Caso complejo con síndrome de Mirizzi
Se realizó en un paciente con síndrome de Mirizzi. Es un síndrome poco frecuente (lo presentan menos del 1% del total de pacientes con cálculos biliares complicados) que consiste en la obstrucción el del conducto biliar principal por un cálculo de gran tamaño que comprime dicho conducto desde la vesícula o que incluso llega a penetrar en él tras provocar una úlcera por presión en la pared de ambas estructuras. Es una condición de difícil tratamiento quirúrgico por la importante inflamación que suele presentarse en el área vesicular (lo que predispone a un mayor riesgo de lesión de los conductos biliares y de hemorragia grave), porque generalmente requiere una cirugía abierta en lugar de un abordaje laparoscópico y porque obliga en un elevado porcentaje de casos a la inserción de un drenaje externo en la vía biliar o a la derivación del conducto biliar a un asa intestinal distinta a la de su desembocadura anatómica.
Según relata el doctor Claudio Rodríguez Ramos, “hasta que se ha desarrollado esta técnica el papel de la CPRE en estos casos se limitaba básicamente al diagnóstico de dicho síndrome o a su tratamiento paliativo con la inserción de prótesis biliares plásticas de cara a facilitar una posterior intervención quirúrgica o a permitir la desobstrucción de la vía biliar si no era posible el tratamiento quirúrgico (requiriendo en estos casos la repetición periódica de CPRE para recambio de las prótesis)”.