El sistema sanitario español no es sostenible a corto plazo sin el mutualismo administrativo. Cualquiera que conozca la sanidad española sabe que, hoy por hoy, no existe una alternativa viable que garantice la calidad asistencial y no cree perturbaciones profundas en todo el sistema. Por eso, la renovación del modelo Muface para 2025-2027 es una buena noticia que marca un antes y un después. Tras meses de negociaciones intensas, complejas y en las que ASISA ha trabajado sin descanso desde la responsabilidad y el compromiso, podemos decir, con serenidad y convicción, que salvar Muface ha merecido la pena.

ASISA lleva vinculada a este modelo y a Muface desde su origen, hace ahora justo 50 años. Fuimos pioneros en apostar por una fórmula que combina la financiación pública con la provisión privada y que ha demostrado ser eficaz, eficiente y altamente valorada por sus usuarios. Más de 2,1 millones de funcionarios forman parte de las tres mutualidades administrativas (Muface, Isfas y Mugeju) y, año tras año, alrededor del 80% de ellos opta por recibir asistencia sanitaria a través de una aseguradora privada. Esta fidelidad no es casualidad, sino reflejo de una experiencia de calidad, accesibilidad y cercanía que este modelo ha sabido ofrecer durante décadas.

Sin embargo, su sostenibilidad estaba en riesgo. Durante años, los conciertos se habían ido renovando con incrementos insuficientes de su financiación, que no reflejaban la realidad del coste sanitario. Mientras el gasto por asegurado en el sistema público crecía con fuerza, el importe per cápita que recibíamos las aseguradoras se mantenía muy por debajo, generando un desfase creciente. A esto se sumaban otros factores, como el envejecimiento de la población mutualista, la ampliación de coberturas o el aumento de la complejidad asistencial.

En ese contexto, el nuevo concierto no podía ser una prórroga más. Era necesario un punto de inflexión para empezar a corregir los desequilibrios del modelo y volver a garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo. Desde el primer momento, ASISA ha trabajado con el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, la Secretaría de Estado de Función Pública y la Dirección General de Muface para lograr un acuerdo que nos permitiera avanzar y preservar el mutualismo administrativo.

No ha sido sencillo, pero finalmente hemos logrado un acuerdo que mejora la financiación y corrige desequilibrios etarios históricos en su aplicación. El nuevo marco nos permitirá seguir prestando una asistencia de calidad en todo el territorio, afrontar la variabilidad de la demanda, mejorar la retribución de los profesionales sanitarios y seguir invirtiendo en digitalización, prevención y mejora de la experiencia del paciente.

El acuerdo demuestra que es posible dialogar a partir de propuestas sensatas y concretas y construir acuerdos sostenibles para proteger lo que funciona. Porque Muface funciona. Y no solo para los mutualistas: este modelo libera presión del sistema público, ofrece una alternativa que mejora la accesibilidad, permite a miles de profesionales sanitarios desarrollar su carrera y garantiza la presencia de la sanidad privada en todo el país. Salvar Muface no es un eslogan: es garantizar que cientos de miles de funcionarios sigan teniendo derecho a elegir; es defender un modelo que da estabilidad y eficiencia al Sistema Nacional de Salud (SNS); y es apostar por la colaboración público-privada como fórmula de futuro.

El nuevo concierto es, sin duda, una buena noticia. Pero no es el final del camino: ahora toca desplegarlo, aplicarlo y, en la medida de lo posible, mejorarlo. A la vez, tenemos la oportunidad de abrir con tranquilidad un proceso de reflexión y diálogo para afrontar a medio plazo los desafíos pendientes.

Hoy podemos decirlo alto y claro: hemos salvado Muface. Y sí, ha merecido la pena.