Siete años suponen toda una trayectoria de un proyecto que se ha consolidado a lo largo de todo este tiempo. De hecho, el moderador de la jornada de presentación de este estudio sugería acertadamente dos significados para el acrónimo RESA, el primero el que todos conocemos “resultados de salud” y el segundo “referente en sanidad”: ambos son verdad, porque el segundo indica lo que a todas luces es reconocido, que este informe del observatorio de resultados de salud de la Fundación IDIS marcó en su inicio un camino, un antes y un después, y otros observatorios como el de la Comunidad de Madrid, Cataluña u otros territorios en menor medida, o se han consolidado o bien han iniciado una incipiente andadura.
Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, y Adolfo Fernández-Valmayor, secretario general de IDIS, durante la presentacón del úñtimo informe RESA. |
Hablar de resultados de salud no es solo consolidar cifras y datos, es saber reflejar el esfuerzo, tesón, innovación y constancia que los profesionales de dichos centros asistenciales realizan día a día en el ámbito de la calidad, la seguridad y la mejora continua de procesos y procedimientos que finalmente inciden en beneficio del propio paciente y ciudadano.
Siete años marcan una impronta y sin duda que a lo largo de este tiempo hemos aprendido muchas cosas, entre ellas hemos reconocido la importancia de medir aquello que se hace una vez que sin este hecho clave y sencillo a simple vista no puede haber oportunidades de mejora.
Se mide para mejorar, para ir en pos de la excelencia asistencial en beneficio de los pacientes y sus entornos respectivos, para disponer de los mejores profesionales en todos los sentidos y para dotarles de las estructuras e infraestructuras más avanzadas acordes con las necesidades reales de cada momento y situación.
Desde el año 2012 se han ido incorporando centros, incrementando el número de indicadores, adaptándolos a las nuevas versiones CIE, añadiendo criterios “EIQI” que permiten establecer análisis comparativos con los principales centros asistenciales europeos, incluyendo parámetros resolutivos relacionados con el envejecimiento poblacional y así hasta un largo etcétera. Esto quiere decir que el estudio RESA es una iniciativa con vida propia puesto que acrecienta su importancia año tras año, se adapta a la realidad de cada momento, es integrador -ya que involucra a todos los agentes implicados- y tiene ese carácter divulgativo que permite un mejor empoderamiento del paciente y el ciudadano de cara a la toma de sus propias decisiones basadas en criterios y datos objetivos, transparentes, rigurosos y accesibles.
No nos damos cuenta a veces de un hecho que tiene una importancia crucial y es que cuando un individuo tiene los datos suficientes y la libertad de elegir finalmente lo hace y otorga su confianza y credibilidad a aquel que le ofrece mayores garantías; es ahí precisamente donde reside la grandeza de un sector compuesto por organizaciones y centros asistenciales que han de competir por y para el paciente: no estamos hablando de un entorno cautivo en el que el individuo no tiene más remedio que acudir donde y con quien le asignan.
Este hecho no es baladí una vez que es precisamente en esta característica donde reside la esencia de un sector, el del emprendimiento privado en sanidad que desarrolla su actividad teniendo muy en cuenta la importancia de satisfacer todas las necesidades de sus clientes, entendiendo como tales a las “personas que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional”. Esto es así porque en ello le va su propio desarrollo, supervivencia y proyección de futuro.
El estudio sobre resultados de salud de la Fundación IDIS se articula perfectamente con otros desarrollados por el propio Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad como el Barómetro de la Sanidad Privada que mide el grado de satisfacción con los servicios ofertados, las instalaciones y los profesionales que trabajan en ellas; con el estudio de Experiencia de paciente “patient journey” que evalúa cada uno de los momentos vividos por el individuo en su contacto con el sistema privado de salud, o con el proyecto QH (“Quality Healthcare”) de acreditación de aquellos centros que realizan un esfuerzo especial en la compleja senda de la calidad.
Todo este ecosistema analítico de datos confluye en un aspecto que es clave para las organizaciones: la mejora de la confianza, la credibilidad y la reputación ante sus clientes en base a conductas y valores que tienen al individuo en el centro de su estrategia y que desarrollan un liderazgo transformacional que termina impregnando incluso a aquellas organizaciones que son competencia y que desarrollan su actividad en el propio sector.
En una sanidad privada, comprometida con el paciente y con la sociedad, los resultados demuestran claramente, una vez más y a todos los niveles, que la sanidad privada es un sistema eficiente, accesible, comprometido con la calidad y con un acopio de excelentes resultados.
Recientemente un alto directivo del entorno sanitario privado, en una tribuna abierta en un medio de comunicación especializado, abogaba por la importancia de medir los resultados de salud siempre, y muy especialmente en su relación con la innovación disponible en su más amplio sentido desde un punto de vista de su propia financiación e implantación.
En este sentido no cabe ninguna duda que este es otro entorno aplicativo en el que profundizar, especialmente en un momento en el que los problemas de solvencia y sostenibilidad son claramente acuciantes y crecientes en el ámbito de titularidad pública.
En definitiva, nos encontramos ante un gran reto, el de continuar haciendo hincapié en la medida de resultados una vez que, tal y como se ha dicho en la presentación del informe, estudios como el RESA no tienen techo, son dinámicos, siempre hay y habrá motivos de mejora en el análisis; y, de hecho, ya de cara al próximo ejercicio 2019 se anuncian novedades que sin duda consolidarán a este informe como uno de los mejores y de referencia no solo en España sino también en Europa y en el mundo.