La hipotermia, definida como una temperatura corporal central inferior a 36°C, es el trastorno térmico más frecuente en pacientes sometidos a procedimientos anestésico-quirúrgicos. A pesar de su alta prevalencia, continúa siendo un riesgo infravalorado en el quirófano con importantes consecuencias tanto clínicas como económicas.
Desde el punto de vista del paciente, la hipotermia perioperatoria se asocia a un mayor riesgo de infecciones en el sitio quirúrgico, complicaciones cardiovasculares, aumento de la pérdida sanguínea, escalofríos, temblores y sensación general de malestar.
Para el centro hospitalario, este cuadro clínico implica retrasos en el alta de unidades de reanimación, prolongación de la estancia hospitalaria e incremento de los costes asociados al proceso asistencial. La principal causa de esta hipotermia es la anestesia, que interfiere directamente con el sistema termorregulador autónomo. A esto se suman factores como la exposición prolongada al ambiente frío del quirófano y la administración de líquidos intravenosos o de irrigación a temperaturas bajas.
Existen diversos factores de riesgo asociados a la hipotermia perioperatoria, tanto relacionados con el paciente como con el entorno quirúrgico. Entre ellos destacan: edad extrema, antecedentes cardiovasculares, pacientes quemados o politraumatizados, procedimientos quirúrgicos de larga duración, cirugías mayores o intermedias con exposición de cavidades, o temperatura ambiental baja en el quirófano.
Prevención: clave para la seguridad del paciente
Evitar la hipotermia perioperatoria no sólo es posible, sino esencial. Las recomendaciones actuales se centran en tres acciones clave:
• Monitorización continua de la temperatura central del paciente.
• Combinación de métodos activos de precalentamiento antes de la cirugía.
• Uso intraoperatorio de sistemas activos de calentamiento, tanto para el paciente como para los fluidos intravenosos y de irrigación.
Soluciones avanzadas para el control térmico en el entorno quirúrgico
Para implementar estas medidas, los profesionales sanitarios cuentan con una amplia variedad de dispositivos especializados. Entre los más utilizados se encuentran los sistemas de calentamiento convectivo, como las mantas de calentamiento por aire forzado; las mantas de calentamiento conductivo, que funcionan por sensores y resistencias; los sistemas de agua circulante, que permiten regular la temperatura corporal mediante la circulación de agua caliente o fría a través de una manta; y los calentadores de fluidos.
Además, hoy en día es posible medir la temperatura central del cuerpo desde la piel gracias a una nueva generación de sensores térmicos, evitando así los métodos invasivos convencionales.
Conscientes de la importancia de la normotermia en el ámbito quirúrgico, MBA SURGICAL EMPOWERMENT ha apostado por una solución integral que reúne todas estas tecnologías. Su objetivo es claro: ofrecer una gama de productos adaptable a todas las necesidades y etapas del periodo perioperatorio para mantener una temperatura corporal segura, reducir complicaciones y mejorar los resultados clínicos.