El Igualatorio Médico Quirúrgico (IMQ), desde que se desencadenó la crisis sanitaria provocada por la expansión de la COVID-19, viene manteniendo una constante colaboración y coordinación con el sistema público de salud, no solo poniendo a disposición de las instituciones sanitarias todos los medios humanos y materiales con que cuenta, con permanente voluntad de ayuda y apoyo, sino también atendiendo a pacientes afectados por la pandemia con sus clínicas, médicos y especialistas. IMQ viene realizando, del mismo modo, como único hospital privado vasco autorizado para ello hasta la fecha, el test diagnóstico para la detección del nuevo coronavirus, siguiendo siempre las indicaciones establecidas en el protocolo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
IMQ tiene en este momento ocupadas tres plantas, de las cinco con las que cuenta la Clínica Zorrotzaurre, para pacientes con COVID-19; e igualmente la Clínica Virgen Blanca recibe también a los pacientes derivados desde el sistema público con este mismo propósito. Los profesionales de la clínica Virgen Blanca, que trabajan en las instalaciones junto con personal de Osakidetza, recibieron también en su momento formación especializada para el adecuado manejo de la situación.
Todo ello mientras IMQ da también soporte a las urgencias de todo tipo no relacionadas con COVID-19 (quirúrgicas, oncológicas, obstétricas, pediátricas…) que siguen presentándose en sus centros y a las que es igualmente preciso dar satisfactoria respuesta, lo mismo que a cuantos clientes, ya sea de manera presencial o telefónica, precisan cobertura y apoyo de la compañía y para los que IMQ mantiene los centros policonsultorios y oficinas abiertos, junto con el acompañamiento del médico de familia.
La compañía destaca la importancia de sumar todos los recursos públicos y privados en un momento en que la complementariedad de ambos sistemas resulta más visible y necesaria que nunca, actuando como una única red capaz de estar a la altura de lo que las circunstancias y la sociedad demandan, unidos por los mismos objetivos compartidos de frenar la enfermedad, atender adecuadamente a los pacientes y evitar el colapso del sistema sanitario general.
IMQ quiere, asimismo, poner en valor, reconocer y agradecer el ingente compromiso y esfuerzo que están aportando los distintos profesionales, sanitarios y no sanitarios, que se hallan luchando en este momento tanto en los hospitales como en las residencias de personas mayores para garantizar la salud y el cuidado de quienes están a su cargo, entre ellos los de las propias clínicas y residencias de IMQ que junto con el resto de centros y profesionales del cuadro médico de la compañía vienen poniendo de su parte todo y más para dar respuesta al inmenso reto al que nos enfrentamos. En este sentido, mantiene un recuerdo especial por una profesional de una de las compañías del Grupo que, estando contagiada de COVID-19, falleció recientemente debido a otra patología.
IMQ manifiesta, por otra parte, su reconocimiento por la comprensión con que los familiares de los pacientes ingresados acogen la obligación en este momento de prescindir de las visitas para evitar la transmisión del virus en sus entornos familiares.
La aseguradora vasca agradece, además, su esfuerzo a los laboratorios e investigadores que se afanan por encontrar una solución a esta pandemia, a los cuidadores de personas en estado de fragilidad o dependencia, a todas las empresas y organizaciones que están acompañando a los profesionales sanitarios con su aportación solidaria y, muy especialmente, a la población vasca, porque quedándose en casa está ayudando a que la propagación del virus disminuya y a amortiguar el impacto que tiene hoy en el sistema sanitario. Un sistema sanitario, público y privado que, cada uno en su parcela, está haciendo todo lo humana y sanitariamente posible para reducir el dramático efecto de esta crisis sanitaria en vidas y sufrimiento.
Considera IMQ también determinante que los profesionales sanitarios cuenten cuanto antes con todas las medidas y medios de protección imprescindibles y en cantidad suficiente no solo para salvaguardar su salud y su capacidad para seguir atendiendo a quienes más lo necesitan, sino también para evitar que el sistema sanitario se convierta en sí mismo en un núcleo de propagación.