La Clínica Universidad de Navarra ha comenzado a utilizar un nuevo catéter en el tratamiento de la fibrilación auricular (arritmia cardiaca mantenida más frecuente), en el marco de un ensayo clínico multicéntrico e internacional desarrollado por especialistas en Cardiología de la Clínica y del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (Idisna).
Ignacio García Bolao y Gabriel Ballesteros, durante el procedimiento de ablación para tratar la fibrilación auricular con el nuevo catéter. |
Inicialmente el procedimiento es el mismo: consiste en aplicar radiofrecuencia para realizar la ablación (lesión) de la zona del corazón donde se origina la arritmia. Sin embargo, el nuevo dispositivo aporta más información, necesaria para conseguir aumentar la eficacia del tratamiento.
La fibrilación auricular es una enfermedad caracterizada por latidos auriculares descoordinados y desorganizados, produciendo un ritmo cardíaco irregular, debido a un impulso eléctrico errático. Entre personas de ascendencia europea mayores de 40 años se estima que el riesgo de desarrollar fibrilación auricular a lo largo de su vida es del 23 por ciento para las mujeres y del 26 por ciento para los hombres.
Hasta la fecha, el equipo de la Clínica ha intervenido a más de 30 pacientes con el nuevo dispositivo. La investigación internacional sobre la seguridad y eficacia del nuevo catéter se lleva a cabo en diversos hospitales de Europa y Estados Unidos. La Clínica es el único hospital español que ha incorporado este nuevo catéter y que ya lo utiliza en pacientes seleccionados. Además, es el centro que mayor número de pacientes ha incluido en el ensayo clínico y el segundo de Europa con más experiencia en el manejo del dispositivo.
Novedad: tres microelectrodos
El nuevo catéter para la aplicación de la radiofrecuencia incorpora como novedad tres microelectrodos, además de los electrodos convencionales. Estos pequeños conectores permiten que el especialista consiga ejercer la presión adecuada para administrar la radiofrecuencia con la intensidad óptima y sin dañar el tejido cardiaco, a la vez que aportan al cardiólogo más información sobre la zona de tratamiento.
La mayor diferencia respecto a los catéteres convencionales es la cantidad y calidad de la información que aporta sobre varios aspectos: el grado de contacto con el tejido cardiaco, el estado del tejido -si está enfermo o sano-, y la calidad de la lesión que se ha practicado, si ha sido completa o no.
En última instancia, en caso de que la investigación corrobore la eficacia del nuevo dispositivo, su utilización se traduciría en una reducción significativa del número de recurrencias de los casos de fibrilación auricular ya tratados.
Más información, más eficacia
Según indica Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología de la Clínica, "una de las cuestiones importantes en el procedimiento de ablación para tratar la fibrilación auricular es que el catéter con el que practicamos la ablación tenga el suficiente contacto con el corazón para que consiga el efecto que queremos, sin ejercer más presión de la debida para no dañar el tejido".
En esta línea, el nuevo catéter consta de tres microelectrodos de tamaño mucho más reducido que los convencionales. "Con ellos podemos conocer la impedancia, es decir, la resistencia del tejido a la radiofrecuencia de forma local, justo en el miocardio, en el tejido del corazón. Este factor nos indica si hemos conseguido suficiente contacto con el tejido", precisa.
También permite conocer el grado de contacto eléctrico, el acoplamiento eléctrico entre el catéter y el tejido. "Nos permite medir si la ablación es suficiente como para que el tejido que provoca la arritmia se haya eliminado permanentemente y para saber si estamos presionando con la intensidad adecuada", indica Gabriel Ballesteros, cardiólogo e investigador de la Clínica.
Fiabilidad
A falta de obtener los resultados definitivos del ensayo, los especialistas confirman que la experiencia obtenida con el nuevo catéter presenta elevada fiabilidad "a la hora de detectar si está en contacto con el tejido cardiaco y de permitirnos conocer su naturaleza, si es tejido sano o enfermo", observa García Bolao.
Por tanto, "podemos saber si esta zona del corazón tiene un funcionamiento normal o podría ser el lugar donde se origina la arritmia. Nos aporta información sobre el grado de enfermedad que tiene este tejido. Y lo que hemos comprobado hasta el momento es que la información que nos proporciona es fiable".
En caso de que los resultados del ensayo confirmaran la eficacia el dispositivo, la primera ventaja para el paciente sería el aumento de seguridad en el procedimiento. "Tener información sobre el contacto con el tejido –precisa el Dr. Ballesteros- nos permite adecuar el grado de presión que ejercemos sobre el corazón y aumentar la eficacia de la intervención”. Los especialistas podrían corroborar así que la ablación es completa, de forma que conseguirían evitar “la recurrencia de la arritmia en un alto porcentaje de casos".
Además del catéter con los microelectrodos, el equipamiento se completa con un software específico que permite interpretar los datos y los valores emitidos por el dispositivo. Se estima que en el plazo de un año estén disponibles los primeros resultados para conocer la eficacia y seguridad de la nueva tecnología.