Como cada primer sábado de octubre, se celebra el Día Mundial del Paciente Ostomizado, una fecha que tiene como principal objetivo contribuir a la integración a la sociedad de todos estos pacientes.También se pretende concienciar a la población de la cantidad de obstáculos y barreras que tienen que enfrentar diariamente estas personas para poder seguir adelante con sus vidas, después de un procedimiento quirúrgico que deja secuelas físicas y emocionales.
En línea con esta concienciación, FIGUS, la Fundación para la Investigación del Grupo Urológico San Rafael, ofrece una atención integral en todos los aspectos de la ostomía y cuidados de enfermería especializada y desde el año 2008 tiene en este hospital una consulta gratuita con un experto estomaterapéuta, Manuel Bona.
Según la Federación de Asociaciones de Personas Ostomizadas de España (FAPOE), cada año, 16.000 personas requieren una ostomía, de las cuales el 40% son definitivas. Pero la ostomía NO es una enfermedad, aseguran desde FAPOE, sino una de las consecuencias de padecerla o haberla padecido.Una ostomía es una solución quirúrgica en la que se practica una apertura o estoma (en la pared abdominal para dar salida artificial a un órgano en un punto diferente al de su salida).Además, tener un estoma significa no poder controlar las micciones o deposiciones, puesto que no existe esfínter alguno que regule esa salida de heces en el caso de las colostomías o ileostomías y orina, en el caso de las urostomías. Esto quiere decir que se necesitará usar siempre una bolsa para recoger los efluentes.
Después de una cirugía de ostomía, se necesita un tiempo de recuperación. Es totalmente normal, necesario y se ajusta a las necesidades de cada persona, que puede tener reacciones y adaptaciones diferentes. Por ello, como señalan desde FIGUS, “en esta consulta estudiarán de forma personalizada el caso para que la vida del paciente se altere lo menos posible tras su cirugía y tipo de estoma”.
En la misma, se enseñan a la persona ostomizada y a su familia, algunos aspectos relacionados con la higiene del estoma, el cuidado de la piel periestomal, la elección de la bolsa o diferentes dispositivos, la dieta a seguir, la prevención de posibles complicaciones, el apoyo a nivel físico y psíquico en el proceso de adaptación a su nueva situación, etc. Todo ello, “con el objetivo de que el paciente pueda continuar con una vida similar a la que tenía antes de ser intervenido”.